Cuando leas este artículo, míralo escuchando este video:
Más o menos, cada fin de semana en la mañana siento un vacío, producido por la desidia de mis acciones pasadas. No sé que hacer, generalmente me conecto en el messenger para ver si hablo con alguien y escucho música, pero, hay algo que en mi corazón quiero hacer con todas mis fuerzas, un sentimiento que alberga en mi pecho, similar al disparo en el corazón. Muchas personas se arrepienten de sus acciones pasadas, yo me arrepiento de lo que no hice, de lo que pude hacer. Tengo remordimientos de lo que nunca logré.
Les daré un consejo a los que lean este artículo, a mis lectores: terminen lo que empezaron, todo debe tener un buen comienzo y un excelente final. Un final alegre, como el de Pinocho. Si mataste a alguien, remátalo y vuélale los sesos, si tienes un trabajo, complétalo o en mi caso, si jugaste un Final Fantasy, complétalo, si es el X, mucho más.
Efectivamente, nunca terminé el Final Fantasy X, como muchas historias cuando finalmente te decides en completar tu objetivo, te das cuenta que no puedes alcanzarlo, está mucho más lejos y lo que es peor, no puedes acercártele. ¿Saben por qué? Porque vendí el Playstation 2 y me arrepiento profundamente de hacerlo.
Tenía alrededor de treinta juegos, la guitarra del Guitar Hero, FFXII (En español) y FFX… mi querido FFX… ¿Saben qué haría si tuviera el playstation ahora mismo? Piratearía juegos hasta el cansancio, los completaría y piratearía más juegos todavía, mientras se cumple la descarga del futuro juego de 360 que espero tener. Yo fui uno de los pocos suertudos que pudo ser poseedor de las tres consolas de la antigua generación. Cada día me maldigo, ¿por qué Ace? ¿POR QUÉ COÑO?
Hubiera guardado el Playstation 2 y cuando tuviera mis hijos les diría: ‘’éste fue uno de los juegos favoritos de tu padre, me sentiría orgulloso si logras completarlo. Sería como verte saliendo de la universidad y siendo un hombre con los cojones hechos y derechos’’
A veces sueño, tengo pesadillas de una figura negra e imponente que me persigue, me veo corriendo en un sendero rectilíneo que termina en un risco y he de tirarme para sobrevivir. No sé qué pasaría si me quedase quieto, esperando mi muerte, quizás el PS2 capaz quisiera ser mi amigo, quisiera estar conmigo, quisiera que lo juegue, que le dé uso. No lo sé.
Apuesto que si tuviera una novia, expresaría mi despecho escuchando instrumentales de Street Fighter II, de Legend of Zelda o de algún FF, nada que ver con músicas románticas de Ricardo Arjona.
Hace mucho, hace muchos años, tuve un PSX, también lo extraño, ¿saben? Recuerdo como me pasaba horas jugando el SF con Ken, y escuchaba el sonido del agua al caer en su respectivo Stage.
Si tuviera de nuevo la oportunidad de jugar PS2, de cumplir mi destino, lo haría como un fiel creyente, un ferviente predicador, terminar el FFX sería una gran hazaña. Pero, ahora, ¿qué hago? No compraré nada por Mercado Libre. Creo que… creo que… descargaré un emulador de PSX y jugaré FFVIII en honor al FFX, Squall, espérame, pronto estaré contigo.
Quiero terminan diciendo: jódanse todos, estoy triste, quiero mi PS2, lo extraño mucho. Me voy a cortar las venas y terminaré con este sufrimiento, no puedo soportarlo. NO PUEDO SEÑORES, LO SIENTO. Ace está triste.
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